31 de Agosto 2004

Sobre Blumberg

Estoy harto de Blumberg. Blumberg es un argentino de clase media alta al que una banda de secuestradores le mató el hijo, un estudiante universitario llamado Axel.

Estoy harto de Blumberg. Blumberg es un argentino de clase media alta al que una banda de secuestradores le mató el hijo, un estudiante universitario llamado Axel.

A partir de ese momento, la figura del padre creció en los medios. Ya convocó a tres marchas en reclamo de más seguridad, a las que en promedio habrán ido unas 150 mil personas. Enla última de esas marchas, los ocurrentes manifestantes decidieron hacer alarde de creatividad y transgresión y cantaron nuestro himno nacional argentino, cambiando la estrofa que dice "Libertad, libertad, libertad", por "Seguridad, seguirdad, seguridad".

También presentó un petitorio al Congreso, pidiendo entre otras cosas la baja de la edad de imputabilidad. Este hombre tiene energía. Durante uno o dos meses (todo está pasando tan rápido en este país que ya no lo recuerdo bien) sus simpatizantes (sí, son eso) recorrieron calles, plazas, universidades, hospitales, etc, etc, etc, para recolectar firmas que avalaran es epetitorio. Pasaron unos jóvenes por mi universidad. AUna chica me estiró una hoja, que venía siendo firmada banco por banco, fila por fila. La miré de ambos lados y me negué a firmarla. "¿No", me preguntó la chica que me la dió. "No", despejé sus dudas.

Blumberg ya se entrevistó con el gobernador de la provincia, recibió el apoyo de, entre otros, Ruckauf (conocido por su juventud militante en la derecha), Mauricio Macri (el hijo del dueño de muchas empresas, que fue derrotado en las elecciones para jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuando represntó también a la derecha) Patricia Bullrich (inclasificable, casi etérea, pasa por el fuego y no se quema. ¿La mujer corcho?) y el bulldog López Murphy (que encuentra como motivo de orgullo haber sido echado del ministerio de economía por impulsar recortes en educación y salud, alegando que él había adelantado medidas que luego, devaluación mediante, de todas formas se tomaron).

Este tipo me está dando miedo. ¿Serán las velas de esa procesión que como una masa amorfa se iba desplazando por la calle? Creo que no. Me impresioná mucho cuando este tipo, sin que se le mueva un pelo, pretende compararse con los familiares de desaparecidos. No podría medirse el dolor de un padre ante la muerte de un hijo, pero en el caso de los desaparecidos fue el Estado mismo el criminal. Y no dejó, en la mayoría de los casos, ni siquiera un cuerpo que velar. No están muertos, no fueron asesinados. Son desaparecidos.

En cambio, el hijo de Blumberg está muerto. Puede ser injusto y terrible, pero eso no le da derecho a este tipo a representarme.

Yo no quiero que me represente un tipo que marcó diferencias entre el crimen de su hijo y el de otro pibe que "parece que estaba drogado y que le pegó a un policía", dichos por los cuales después lo obligaron a pedir perdón y retractarse.

Blumberg dice que representa a la gente. Me suena a eso de "gente como uno".

Gracias, Blumberg, no me representes nada, dejá.

Escrito por Mariano Pilberg a las 6:45 PM | Comentarios (0) | TrackBack